23 junio 2016

Guanaja, Honduras

La navegación a Guanaja fué interesante. Hubo mucho viento así que nos movíamos a las chapas. Con la mayor rizada y el foque parcialmente enrollado, sosteníamos una velocidad de más de 7 nudos. Cuando barrenábamos olas, llegábamos a los 10 nudos. No tuvimos tormenta ni mucho menos relámpagos. Pero (y este es un pero bastante importante) las olas eran grandes y venian del costado, haciendo que Taia rolara incómodamente. Así fué que la navegación fué bien rápida pero bien incómoda.

Llegamos a Guanaja, la isla de más al este de las islas de la Bahia de Honduras, a las 8.20 am hora local. Anclamos y, como es ya costumbre después de pasar unos días navegando, nos fuimos a dormir un par de horas. Cuando nos levantamos, deseosos de mover un poco las piernas, nos fuimos a saludar a nuestros amigos de Seraphim y a saludar a otros barcos nuevos. Luego, nos fuimos a pasear por Bonacca, la isla con la mayor población de Guanaja.

Bonacca es muy pintoresca. Es una isla pequeña, que alberga 6.000 personas. Algunas casas están sobre pilares en el agua. No hay calles sino veredas por donde la gente camina y canales de agua. Algunos la llaman la Venecia del Caribe.

Bonacca, vista desde el anclaje.

Caminando por las veredas en Bonacca
Al lado de un canal en Bonacca

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Una casa (experimento?) al lado de Bonacca. Parece estar vacia.

Otra vista de Bonacca

Al día siguiente nos fuimos a anclar a El Bight, una bahía bastante protegida y bien tranquila. Con un total de 8 o 9 barcos anclados, el ritual diario era hacer algun tipo de actividad y terminar el día tomando una cerveza bien fría en Manatí, el bar/restaurant más grande de la bahía.

El snorkeling en Guanaja nos sorprendió gratamente. Hay corales de todos los tamaños y colores, y todos en muy buen estado de salud, algo que no es cierto en muchos de los lugares del Caribe del Este que visitamos. Lamentablemente, no sé porqué razón, no encontramos muchos peces y los que vimos eran bien pequeños.

En Guanaja hicimos dos caminatas que nos gustaron mucho. La primera, desde Michael Rock, donde caminamos por unos 45 minutos para llegar a una cascada. La segunda, donde caminamos por 3 horas para llegar a la cima de Michael Point, el punto más elevado en Guanaja. Esta caminata no fué difícil, pero el calor se hizo agobiante debido a que todos estábamos con mangas largas y pantalón largo para evitar que las garrapatas que habitan la isla se nos trepen. Pasamos mucho calor y tuvimos que parar varias veces, pero lo logramos. Al final del recorrido, hubo inspección de garrapatas y para el asombro mio encontramos varias, sobretodo en el capitán y en el Mati. Será que las garrapatas son sexistas?
Después de un buen rato caminando a paso ligero para que no nos agarrara la noche, fué lindo poder refrescarse en la cascada.


De regreso a la playa desde la cascada. En una parte teniamos que agarrar un cabo para cruzar.

Una hamaca en el medio del bosque! 
Subiendo a Michael Peak. Que calor!

Descansando un poco. No se nota mucho, pero habia bastante viento.

Llegando a la cima. Que placer!

Resolviendo problemas del mundo o simplemente descansando?

Almuerzo en la cima

De regreso ya...

Una linda vista de Bonacca desde arriba.
Un día, Tim, de Seraphim, les ofreció a los chicos sacar su arnés y ayudarlos a subirse a árboles. Los chicos se alucinaron y al día siguiente fuimos todos a buscar un buen árbol para trepar. Los primeros en subir fueron el Mati y la Cami, por supuesto. Pero todos los adultos terminaron pidiendo un turno tambien. Muy divertido!


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