21 febrero 2015

Chau Bahamas

Finalmente llegó el día. Paul llegó a GeorgeTown el 27 de enero a las 2 pm y, junto con su ropa, trajo las condiciones de tiempo perfectas para que Taia llegara a Turks and Caicos. Así es que, sin un minuto para perder, nos fuimos los 5 al barco y emprendimos rumbo sureste.

Fueron dos noches y dos días y medio de navegación. La primer noche fué un poco incómoda porque las olas estaban grandes. La segunda noche fué perfecta y una de las mejores hasta ahora. Aprovechando que tenemos un tripulante extra al que le encantan las guardias nocturnas, yo decidí saltearmelas y dormir toda la noche. Qué placer!

Llegamos a Turks and Caicos el jueves 29 de Enero un poco después del mediodía, justo cuando el tiempo empezaba a desmejorase. El objetivo era pasar una noche allí, recargar las pilas y partir hacia República Dominicana al día siguiente. Después de una ducha bien merecida y una buena cena, todos nos fuimos a dormir temprano disfrutando del simple hecho de que la cama no se movía para lado y lado.

A la mañana siguiente partimos temprano. La navegación matutina fué tranquila, con la protección de Turks and Caicos en la espalda. El pronóstico anticipaba vientos tranquilos para el resto del día, pero el viento en vez de disminuir, aumentó. Y las olas rápidamente se pusieron incómodas. Con este movimiento constante, mi estómago dijo basta y así es que encontré a mi mejor amigo: el balde. Pasé toda la noche tirada en un colchón en el piso, donde el movimiento del barco se sentía menos, con el balde al lado mio por las dudas. Por suerte el resto de la tripulación estaba bien.

Y así llegamos a Luperón, República Dominicana el sábado 31 de Enero. Con mucho viento y muchas olas. Con lluvia y nubes bajas ocultando las montañas y vegetación dominicanas.
Viniendo de Las Bahamas, el contraste es inmediato. Enseguida se ven colinas y mucha vegetación. Ese mismo día lo conocimos a Papo, un dominicano que provee servicios con su lancha: agua potable, gas, diesel y hasta lavanderia!

Al dia siguiente empezó el proceso de hacer aduana y migraciones. Primero, tuvimos que esperar a que tres oficiales (muy informalmente vestidos) vinieran a Taia. Después de presentar los papeles del barco y pasaportes nos dieron el OK para ir al pueblo para terminar de legalizar nuestra estadía en República Dominicana. Ahi vimos a tres oficiales distintos, llenamos más papeles y pagamos. El lunes tuvimos que volver para ver a dos personas más y así terminar todo el proceso de aduana y migraciones.

Luperón es una ciudad chica y no muy turística. Se ve mucha basura y las propiedades, en general, no están bien mantenidas. Definitivamente no es lo que se ve cuando uno visita un complejo turistico!



Aprovechamos los días en Luperón para hacer escuela y varios proyectos en el barco. También fuimos a una playa. Un día contratamos una excursión para ir a Los 27 Charcos de Damajagua. Este parque tiene una colección de 27 cascadas por donde uno puede, después de caminar un buen rato, saltar o tirarse por la cascada. Pasamos unas 3 horas caminando por el bosque y rio y nos tiramos por 12 cascadas. Pasamos un día espectacular!




El Er fue el primero en tirarse :)

La Cami tirandonse por la cascada

Nos hubiera gustado mucho pasar más tiempo en República Dominicana y conocer más, pero tenemos que estar en St. Thomas a mediados de Febrero para que Paul tome su vuelo de regreso a EEUU.


Nuestro siguiente destino es Puerto Rico, donde planeamos parar un poco y conocer algo más.

1 comentario:

  1. Hermosa cascada!, que susto, no? Lamento Nati que hayas pasado una noche mala con las olas, por suerte despues se mejoró. Besos

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