Después de unos pocos días en
Luperón, el tiempo se prestó para ir a Puerto Rico. Navegamos una
noche y un día hasta llegar al Pasaje Mona (entre República
Dominicana y Puerto Rico), que nos esperaba sin olas y con un poco de
viento. Este pasaje, muy conocido por los cruisers, puede ponerse
bien complicado si las condiciones meteorológicas no son ideales.
Hola, Puerto Rico!!! |
La primera parada en Puerto Rico fué
Boquerón, donde hicimos aduana y migraciones por teléfono, gracias
a unas tarjetas especiales que obtuvimos este año en EEUU y que nos
sirven para cualquier territorio americano. Lamentablemente, también
necesitábamos un permiso para navegar las aguas americanas (el viejo
estaba vencido) y para eso tuvimos que encontrar un taxi e ir a la
oficina de CBP y pagar en persona.
La costa sur de Puerto Rico la
navegamos bien rápido. Paramos una noche en Puerto Patillas y
dormimos bastante mal ya que el barco se movia mucho aunque estábamos
anclados. La siguiente parada fue Fajardo, una ciudad grande a la que
queríamos llegar por dos razones: para encontrarnos con unos amigos
del Er y para visitar el único West Marine (un negocio náutico) en
Puerto Rico y comprar algunos repuestos.
Así fué como el amigo del Er y su
familia nos buscaron en Fajardo y nos llevaron a San Juan, mientras
Paul se quedaba en el barco y disfrutaba del silencio. Pasamos 3 días
en la capital de Puerto Rico. Caminamos mucho, comimos aún más y la
pasamos bárbaro. El viejo San Juan, la segunda ciudad europea más
antigua de América, está muy bien mantenida y es muy limpia. El
Morro y el fuerte San Cristóbal son hermosos.
El Mati y Facu, solucionando los problemas del mundo en el Morro |
San Juan viejo. Hermoso |
Vista desde la catedral |
La siguiente parada fué la isla de
Culebra, famosa por sus playas. Lamentablemente el clima no colaboró
y llovió mucho. Al llegar a Culebra nos dimos cuenta que el hatch
(ventana) de la cabina de los chicos había quedado mal cerrada y
como habíamos tenido muchas olas, la cabina estaba empapada. Hubo
que sacar colchones, sábanas, juguetes y libros y esperar a que
salga el sol para que seque todo... De más está decir que ahora
prestaremos más atención al estado de ese hatch.
Al día siguiente, después de lavar la
ropa en la lavandería del pueblo, partimos para St. Thomas, una de
las islas virgenes americanas. Aprovechamos que no había viento y,
por ende, tampoco habia olas.
St. Thomas nos sorprendió porque es
muy turística. Todos los días llegan uno, dos o tres cruceros con
sus miles de turistas. El pueblo vive de eso y cuando uno camina sus
calles, lo único que encuentra es negocio tras negocio para gastar
plata. Esperábamos encontrar algun museo, pero el único que hay
estaba cerrado por remodelaciones.
El martes 17 de Febrero nos despedimos
de Paul, muy agradecidos por su visita y toda su ayuda. Los próximos
días van a ser tranquilos, estamos todos cansados después de 3
semanas moviditas. También queremos ponernos al día con el cole.
Planeamos volver a Puerto Rico, visitar
Culebra (con sol, si el tiempo nos acompaña) y Vieques.
Buen viaje!!
ResponderBorrarQue bien leer de cruisers en español y visitando nuestro isla de puerto rico. Si llegan al pacifico visitanos en Palau. Chuck, Ivy y los nenes.
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