26 noviembre 2013

Tío Jorge

Gud lac ford iú. Eso decía la nota que me dieron mi tío Jorge y mi tía María Inés unos días antes de comenzar mi año de intercambio en Estados Unidos. Envueltos en esa maravillosa nota estaban 2 billetes de 100 dólares. A mis tiernos 17 años, aprecié los billetes y sonreí por la peculiaridad de la manera en la que me desearon suerte.

Cuando volví a Villa María un año más tarde, 18 años ya cumplidos y convencido de haber alcanzado la cúspide de mi madurez, sentí que la tía María Inés y el tío Jorge me trataban como a un adulto. Obviamente la cúspide madurativa estaba distante (aun hoy, 22 años más tarde, parece encontrarse lejana, inalcanzable). Pero mis tíos me hicieron sentir adulto, digno de sentarme en la mesa de "los grandes".

Esa anécdota refleja solo una de las muchas idiosincracias que observé y aprendí de Jorge y María Inés. Un adolescente crece al sentirse tratado como adulto.

A Jorge lo perdimos hace 9 días. La humanidad parece encontrarse disminuida. Pero no nos dejemos engañar por esa apariencia. El tío Jorge ya no está con nosotros, pero lo que nos dió no lo podemos perder.

La última vez que lo ví al tío Jorge fui testigo de una escena que caracteriza su vida de abuelo. Lo ví en 4 patas abajo de la mesa del comedor, jugando con sus nietos, riendo y disfrutando tanto como ellos. Minutos más tarde estaba jugando a la rueda de la batata. Fue una escena hermosa. Algo para recordar.

Voy a recordar a mi tío sonriendo, como lo hacía constantemente, contando chistes, riendo. También lo voy a recordar hablando de política, de historia, ingeniería, geografía... Jorge sabía de todo (aunque eso parece ser una característica de los Novillo Maciel en general). Estoy seguro de que al imitar esos recuerdos soy mejor persona. Porque eso es lo que parece haber hecho mi tío Jorge: me mostró un modelo de persona que quiero imitar. Y así vivirá su legado por siempre, a través de la progenie que indudablemente lo recuerda e imita.

Gracias, tío.

4 comentarios:

  1. Tremendo relato, Erni, te aseguro que conmueve a quien haya conocido a Jorge, una persona maravillosa. "Pinta tu aldea". Lo lograste con Jorge, porque lo pintaste como era. Brindo por ello.

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    1. Gracias, Marce. Brindamos juntos!

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    2. Esto sí que es "cuando el alma desborda las palabras". Me encantó lo que escribiste y cómo y desde dónde los escribiste. Tu tío Jorge fue todo eso tan grande y tan tierno que su ausencia es una presencia eterna. Gracias Ernie. Besos a toda esa hermosa familia.

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  2. Esto si que es "cuando el alma desborda las palabras". Me encantó lo que dijiste y cómo y desde donde lo dijiste. Jorge fue todo eso y una ternura infinita que hacen de su ausencia una presencia eterna. Gracias Ernie por tan sentido recuerdo. Besos a esa hermosa familia.

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