26 julio 2014

Aniversario

Hoy, 26 de Julio, hace un año que somos cruisers. Un año que dejamos la vida en tierra de lado para vivir en el barco.

En estos 12 meses hemos recorrido 2662 millas náuticas y hemos anclado en 92 lugares distintos. Hemos vivido muchas cosas. Conocimos mucha gente y muchos lugares hermosos. Aprendimos mucho, y también cometimos errores que pasaron a ser parte del aprendizaje. De alguna manera, ya no somos las mismas personas. Hemos crecido.

Empezamos este viaje con muchas ilusiones pero también con muchos miedos (sobretodo de mi parte). El cambio era tan grande que a veces me costaba imaginarme cómo iba a ser la vida abordo. Me preocupé de cosas que hoy, en retrospectiva, parecen ridículas. Algunas otras cosas ni me las imaginé:


- Pensé que iba a extrañar las comodidades que antes disfrutaba a diario:  auto, lavarropas y secarropas,  lavaplatos, etc. La verdad es que no extrañé nada de eso. Cuando tenemos que ir al super o a comprar algo para el barco, caminamos o nos tomamos un colectivo (si la opción existe). En Jacksonville,  nuestro amigo Fred, nos lleva a donde necesitemos ir. Es um maestro!
Una de las grandes ventajas de vivir en los trópicos, es que los 4 nos pasamos la mayor cantidad del tiempo en mallas. Lavar ropa no es un problema!. Lavamos a mano lo que vamos ensuciando hasta que llegamos a un ciudad con lavanderia donde podemos lavar todo el resto. El único tema es asegurarse que la ropa, limpita y sequita, no se moje en el chinchorro al regreso :)

- Los chicos eran una de mis grandes preocupacions. Les va a gustar? Van a extrañar tener una pieza cada uno? Van a extrañar el cole y sus amigos? Se van a hartar de estar todo el día con los padres? Este es uno de los ejemplos donde la realidad superó altamente la expectativa. La Cami y el Mati se adaptaron a esta vida fácilmente y la disfrutan a pleno. Han conocido muchos chicos y se han hecho de muchos amigos. Tienen tios/tias/abuelos/abuelas postizos por todos lados. Si bien extrañan ciertos aspectos de la vida en tierra, lo que experiencian en Taia compensa altamente esa ausencia. La Cami repite casi a diario "este es el mejor día de mi vida". Esto algo tiene que significar, ya que los chicos no mienten no?

- La escuela era otra gran incógnita para mi. Cuando era chica y jugaba a ser maestra en el sótano de mi casa, jamás pensé que la realidad me encontraría dándole clases a mis hijos. Lo disfruto mucho y los chicos han avanzado muchísimo. Además de aprender a leer, escribir, sumar, restar, multiplicar o dividir, han aprendido a reconocer peces en su habitat natural, han aprendido de mareas y océanos, Hemos hecho clases de ciencia en la playa. Han aprendido greografia e historia de una manera divertida: visitando lugares y viendo cosas. Ojalá cuando sean grande se acuerden de todo esto!

- Con el Er hemos ganado mucha confianza en el barco. De a poquito, el Er ha ido aprendiendo cada uno de los sistemas del barco: sus usos y mantenimientos. El Er pasó de ser simplemente programador a ser electricista, plomero, mecánico, pescador y buzo.
De a poco dejamos de usar el motor y empezamos a usar más las velas. También usamos el spinnaker por primera vez en las Exumas. Anclar con vientos de más de 20 nudos, al principio, significaba una noche de desvelo, chequeando el ancla constantemente para asegurarnos que estaba bien agarrada. Ahora con 20 nudos no nos preocupamos (si bien todavia chequeamos que el ancla esté bien agarrada). Hemos navegado con poco viento y con vientos de más de 25 nudos. Taia es un barcazo!

- Una de las sorpresas más grandes que tuve es que, a pesar de estar en lugares paradisíacos, lo que definde a un lugar como espectacular e inolvidable, es la gente. Y hemos conocido mucha gente. A algunos no los hemos vuelto a ver. Con otros nos hemos re-encontrado en varios lugares. Cuando uno llega a un anclaje nuevo, immediatamente empieza la búsqueda para ver qué barcos conocidos hay. Y si hay barcos con chicos, el contacto es inmediato.
Se establecen amistades inmediatas. Enseguida se los invita al barco a charlar y a compartir una bebida y/o una comida. Se comparten experiencias, planes y sueños, sin importar edad. Minimamente, nos une el mismo estilo de vida y eso no es poco.

- Cosas que jamás pensé que iba a extrañar?  Acceso bueno y barato a Internet. En las Bahamas compramos un chip para el celular con plan de datos, pero no era muy rápido y el servicio era limitado. Otra cosa que extrañé fué el acceso a frutas y vegetales frescos y accesibles. En las Bahamas, casi todo se importa de EEUU y otras islas cercanas, así que los vegetales y las frutas son caros (el doble o el triple de lo que se paga en EEUU).

En resúmen, ha sido un muy buen año. Somos felices haciendo esto. Todavía somos novatos y nos queda mucho camino por recorrer y muchas cosas por aprender, pero lo haremos con una sonrisa en la cara, como hasta ahora.



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