Hace unas horas terminamos de ajustar el último bulón del último arreglo que teníamos en la lista de arreglos necesarios antes de salir. Todos los proyectos que teníamos planeado terminar a mediados de septiembre están terminados. Sí, a mediados de septiembre queríamos terminar todos estos arreglos y dejar la marina. Gracias a mi doctorado en la aseveración de lo obvio, puedo observar y establecer que estamos atrasados. Tengo licencia para decir ese tipo de cosas.
Pareciera que estar preparados para esta vida gitana náutica es similar a estar preparados para ser padres: lo cierto es que nunca estamos del todo preparados, y terminamos haciendo lo que nos parece mejor y podemos hacer. Lo mejor no siempre es posible, entonces aprendemos a modificar nuestras expectativas o vivimos permanentemente decepcionados. No es que hayamos tenido que cambiar mucho nuestras expectativas. Tenemos dos hijos y un barco excelentes.
En nuestra opinión falta de experiencia, Taia está lista (o listo, dependiendo del género con el que uno considere un barco. A bordo de Taia se habla de "ella"). Y la tripulación? Queremos zarpar ya! Dos de nosotros cuatro tenemos el culo fruncido, pero queremos empezar de una vez. Soñamos con bahías tranquilas, animales marinos, ciudades con gente interesante, y hermosos atardeceres en alta mar. Por otro lado, nos preocupan nuestra falta de experiencia timoneando a "la chancha blanca", las tormentas, los monstruos marinos y las sirenas. Todo va a llegar, lo bueno y lo malo. Y va a llegar pronto!
Irónicamente, ahora que creemos estar listos para irnos, nos vamos a tomar un descanso de la vida a bordo. La semana que viene nos vamos a pasar unos días en familia en Pittsburgh. Después nos vamos, listos o no. Y lo disfrutamos.
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